Una RO. de 15 de diciembre de 1884 reorganiza las tropas de Ingenieros que quedan distribuidas de esta forma: Cuatro regimientos de Zapadores –Minadores; Un regimiento de Pontoneros; Un batallón de Ferrocarriles; Un batallón de Telégrafos; Una brigada topográfica; Un Establecimiento Central en Guadalajara.

El batallón de Telégrafos consta de cuatro compañías, las tres primeras se dedicaban a la construcción y reparación de las líneas telegráficas eléctricas de todas clases y al manejo de los aparatos de que disponían para el servicio de las mismas.

En cuanto a la 4ª compañía , en el artículo 21º de la mencionada RO: se disponía “...la cuarta compañía del batallón se consagrará exclusivamente a la práctica de la telegrafía óptica o de señales, estudiando y adoptando el material que parezca preferible, al objeto de poder emplearlo tanto de día como de noche; tendrá del mismo modo a su cargo el estudio y práctica del alumbrado eléctrico en campaña y en tanto no se disponga de recursos para crear una sección independiente con este objeto, se ejercitará en la construcción e inflación de los globos aerostáticos y en su manejo, tanto libres como cautivos, emprendiendo, en la medida de los recursos disponibles, los ensayos y experiencias necesarios para las más útiles aplicaciones de estos nuevos instrumentos de guerra, así bajo el punto de las comunicaciones, como bajo el de las demás aplicaciones militares que puedan tener...”

A
...HACE UNOS CUANTOS AÑOS
Oficial del Real Cuerpo de Ingenieros 1825
Oficial de Granaderos del
Rgto. Luchana Nº. 28 -1833
Ayudande de Campo de un
Capitán General –Gala– 1848

ntes de empezar con el tema del vestuario vamos a recordar un aniversario, algo que sucedió hace 125 años, y que por su importancia creo que debe tener preeminencia en este trabajo.

UNIFORMIDAD
En el año 1884 se establecía el uso, para diario, de la guerrera en todas las Armas e Institutos, excepto Guardia Civil y Clero Castrense, se trataba “...de dotar al Ejército de una prenda de diario que reúna las condiciones de comodidad y la ventaja de poder usar debajo de ella otras de abrigo que no haga necesario el uso del capote nada mas que en determinados días...” los jefes y oficiales podían seguir usando la levita para los días festivos y de gala y en los actos sociales; la Academia General Militar no cambiaría su vestuario pero las Academias de las Armas debían adoptar la nueva prenda; la diferencia entre la guerrera de los días de gala y los de diario estribaba que para aquella la cordonadura y hombreras eran de cordón de oro y para diario se substituía lo anterior cordonadura por otra de pelo de cabra : el color era azul tina, con tres hileras de siete botones y dos bolsillos en el pecho ; pero todavía hay algo más en relación con esta prenda. Por ROC. de 30 de noviembre de 1884 se disponía que los jefes y oficiales empleados en las oficinas militares debían usar la guerrera “...pudiendo hacerlo de paisano, con el fajín, los oficiales generales, en virtud del derecho que para esto les concede la RO. de 20 de marzo de 1792...”

Lo de cambiar la cordonadura según fuese gala o diario, sustituyendo el cordón dorado por el de pelo de cabra era una faena para la esposa o la madre; había que arreglarlo y se hizo por RO. de 3 de abril de 1889, dejando sólo la cordonadura de pelo de cabra “distinguiéndose un uniforme de otro por el plumero en el ros...”; el plumero blanco lo usaban los integrantes de las plana mayores, siendo el color verde reservado para los batallones de cazadores, usando todos los demás el encarnado.

A los jefes y oficiales les resultaba oneroso hacerse los uniformes y mantenerlos en estado de revista, incluso alguno tuvo que renunciar a un destino por no poderse pagar el uniforme del regimiento, que fue lo que le ocurrió al capitán graduado, teniente del Regimiento de Húsares de Pavía, don Carlos González Santiago, que promovió una instancia solicitando su pase a la situación de reemplazo con residencia en Valladolid “... fundado en no tener recurso para costear el uniforme del regimiento ya indicado...”, SM. El Rey accede a lo solicitado y por RO. de 30 de octubre de 1879 dispone que en lo sucesivo y en cuanto sea posible los destinos de jefes y oficiales a los regimientos de húsares se de preferencia a quienes lo soliciten.
Joaquín Ferrando Miñano
Coronel de Caballería
UNIFORMIDAD
De las tres misiones que se le dan a la compañía, telegrafía óptica, alumbrado eléctrico en campaña y aerostación, a ésta última es a la que menos recursos se le conceden.

Desde entonces y hasta nuestros días siempre ha estado volando algo con uniforme militar.

Ahora sí, vamos a tocar el tema de la uniformidad de tiempos atrás, recordando algunas de las variaciones que en, relación con el vestuario, se introdujeron en nuestro Ejército a finales del siglo XIX.

En el Reglamento de uniformidad del Arma de Caballería de 11 de junio de 1892 se especificaban las prendas que componían el vestuario de la tropa, su coste y duración; en esta relación encontramos algunas curiosidades como, chaqueta y pantalón de lona, chalecos de Bayona (donde la exija el clima) y bota de vino entre otras. Echamos en falta los calcetines, hasta principios de siglo XX no se suministraron.

En cuanto a la bota de vino hay que decir que fue reglamentaria en nuestro Ejército hasta el año 1905. Una RO. de 21 de diciembre la sustituyó por un frasco de cristal con su funda ¡craso y peligroso error! por lo que se hubo de derogar esta RO. por otra de 19 de abril de 1909 “...resultó que al recibir aquél (el frasco de vidrio) la bala estalla con violencia por la expansión del vino que contiene (el vino debía ser peleón) con grave peligro del soldado portador...” La bota de vino no estalla y además hace mejor vino.

La chaqueta y el pantalón de lona constituían el traje de cuartel para la tropa; se había declarado reglamentario por ROC. de 13 de abril de 1885, a fin de evitar el deterioro del pantalón y chaqueta de paño que la tropa usaba a diario; el “mono” que todos hemos conocido se empezó a usar como prenda de trabajo por ROC de 13 de junio de 1929 “...se compone de una sola prenda de la forma denominada en el comercio con el nombre traje mono”, su color era azul obrero.
...HACE UNOS CUANTOS AÑOS
Capitán de Ingenieros en Uniforme de Cuartel 1850
Jefe Batallón de Infantería en Filipinas Rgto. Príncipe Nª. 3 - 1893
Tte. Coronel de Caballería de Cazadores de Alcántara –Gala– 1911
Capitán General de Gala 1925
Regimiento de Zapadores Ferroviarios
En el Ejército la uniformidad lo ha sido siempre dentro de la pluralidad, en cuanto a formas, colores, colocación etc., esto es algo que ha ocurrido desde muy antiguo; en 1876 el Subinspector de Infantería de Cuba, oficia al Capitán General, con fecha 3 de junio y le expone “... No obstante las reiteradas disposiciones sobre uniformidad ... efecto de las circunstancias de la campaña o de diferentes criterios de los Jefes de Cuerpo, apoyando sus pareceres en frívolos pretextos ... diferenciándose los Cuerpos entre sí, no sólo en las formas de las prendas sino en el color y en la clase de ellas, lo que ha producido una multitud de trajes caprichosos en la oficialidad y en la tropa, cuyo conjunto considero altamente impropio y no da una idea muy ventajosa de buen régimen, gobierno y administración...”; tampoco los de Caballería salíamos mejor parados o mejor uniformados; unos días después del anterior escrito , el 26 de junio del mismo mes y año, el Subinspector de Caballería de Cuba dice al Capitán General “...La confusión, que sin causa justificada, se ha introducido en los trajes que usan los señores jefes y oficiales de todos los Institutos montados de esta Isla, hace imposible conocer distintamente el Cuerpo a que cada uno pertenece... los de Milicias y Voluntarios usan, muchos de sus individuos, el uniforme del Ejército y aún los de éste no observan en las prendas de vestuario la igualdad y propiedad reglamentarios...”; debía ser como el carnaval de Tenerife a ritmo cubano.

Para terminar vamos a hablar de dineros, siempre en la milicia hemos ido escasos, aunque al final las cuentas se saldaban a cero, todo es cuestión de imaginación, inteligencia y fantasía, que fue lo que le ocurrió al capitán del Ejército de Cuba don José Vega Suárez, que reclamaba las gratificaciones que le correspondían como comandante de armas de Veguita, desde febrero hasta junio del año 1878; por RO. de 29 de mayo de 1884 (seis años después) se le contesta “... SM. El Rey ha dispuesto se le abonen en Títulos de la Deuda Pública de Cuba las gratificaciones que reclama... disponiendo que se adopte como medida general para las reclamaciones análogas que puedan hacer los jefes y oficiales que se encuentren en el caso del recurrente...”; el capitán Vega lo único que podía hacer era esperar a la amortización o negociarlos con algún banquero.

Espero no haber dado pistas para aplicar esta RO. en nuestros días.